29 de mayo de 2008

De las demandas populares a un programa popular, h.echo por nosotros mismos, hombres y mujeres comunes

Por el sacrificio de nuestros padres, por el futuro de nuestros hijos.

Hacia un programa del pueblo
De lo más hondo de nuestras necesidades, surgen una serie de demandas que representan todo lo que exigimos para vivir de una manera digna. Nuestras demandas son por una mejor salud, educación, justicia, por trabajo y viviendas dignas, por la unidad y el derecho del pueblo de decidir su destino.
Lo fundamental es que estas demandas sean cumplidas. No algunas, sino todas. ¡Eso es un programa!, un programa de lucha. Si los gobernantes y los representantes del poder son incapaces de satisfacer estas exigencias, deben hacerse a un lado y dejar que sea el pueblo el que busque las formas más idóneas de hacerlo.

A formar círculos por la unidad
Hay que actuar. Debemos organizarnos. Juntarnos con los vecinos, con los compañeros de trabajo, con los amigos y familiares, para difundir las demandas del pueblo, para ayudar a resolver los problemas y llevar el mensaje de la unidad a todas partes, a la junta de vecinos, al sindicato, los centros de alumnos y todas las organizaciones que hemos creado. Sólo si nos unimos, se pueden cumplir nuestras demandas. Algunos dirán que no se saca nada, que no tiene sentido. Pero lo que no tiene sentido es seguir soportando solos las carencias y los abusos. Lo que no tiene sentido es no aplicar la única solución para nuestros problemas, la acción conjunta de todo el pueblo. Para esto deben crearse los círculos por la unidad, la tendencia por la unidad: para fortalecer el compromiso con los intereses populares, para promover la participación de todos, para escoger a dirigentes honestos y jugados y para elegir el camino correcto.

Por el poder del pueblo, por el pueblo y para el pueblo

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